El Que Se Enoja Pierde II
- pandevidamcallen
- 23 feb
- 6 Min. de lectura

Vivimos en una sociedad iracunda, desde las riñas de tránsito, a los pleitos en la oficina; desde las autopistas con conductores agresivos, hasta comentarios de odio en las redes sociales. Vivimos en una cultura donde las personas explotan en ira causando mucho dolor. Es un problema real, y no hay cosa más frustrante, dolorosa y dañina que la ira descontrolada. ¿Por qué? Porque cuando la ira explota por ejemplo en el hogar, la paz se pierde, la comunicación entra en una zona fría, el ambiente se siente hostil, hasta el perro lo siente; cuando la ira explota en el trabajo es imposible trabajar en armonía con los compañeros, no se rinde igual, el trabajo no se hace bien, se cruzan palabras hirientes, miradas con odio, indirectas con el propósito de causar dolor.
Cuando el enojo explota dentro de una iglesia es imposible ministrar con eficacia, no hay cooperación, no hay motivación, y lo peor aún es, que ni nuestro servicio, ni la adoración, ni mucho menos nuestra oración traspasará el techo de la iglesia. Este es un tema que nos afecta a todos a menor o mayor escala, pero nos afecta. ¿Quién no la ha experimentado? Pero pastor, yo he leído en algunas partes de la biblia es más, he escuchado algunos pastores decir que está bien enojarnos. Bueno, a ¿Cuál predicador esta escuchando usted? Es cierto que los evangelios nos relatan algunos episodios donde Cristo se enojó.
Por ejemplo, Jesús se enojó hacia la dureza de corazón de los fariseos cuando en medio de la iglesia había un hombre que necesitaba sanidad. (Marcos 3:5) “Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones”. Jesús se enojó cuando hecho fuera a los comerciantes que habían invadido el templo, convirtiéndolo literalmente en un lugar de comercio y cueva de ladrones.
“Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones”. Marcos 11.17.
Jesús se enojaba cuando las personas no honraban al Padre, o cuando otras personas eran tratadas mal, pero Jesús nunca se enojó de manera egoísta por cosas echas en Su contra, Jesús nunca cruzó la línea, Jesús nunca pecó. Es más, Jesús no se enojó cuando era maltratado, abusado, escupido, maldecido, torturado y crucificado:
“El cual no hizo pecado, ni se halló engañó en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente” 1 Pedro 2.22-23.
Jesús nunca tomó represarías, ni venganza; pero cuando vio a otros seres humanos ser maltratados tuvo una santa indignación. Pero, ¿Cómo identifico que he cruzado la línea? Porque el apóstol Pablo nos dice: “Airaos pero no pequéis”. Pablo no dice que no debemos airarnos bajo ninguna circunstancia. Pablo presupone más bien, que algunas cosas nos provocarán ira. Hermanos la ira en sí misma no es pecaminosa. Lo que hacemos con ella es lo que constituye un pecado.
¿Que nos dice la Biblia sobre la ira? Es una emoción dada por Dios para enojarnos en contra de lo que a Dios le enoja; Para repudiar lo que Dios repudia, para condenar lo que Dios condena hablo del pecado, de la maldad, de la inmoralidad, de los crímenes, de las injusticias, de los abusos, de las violaciones, de los delitos, etc. Sin embargo, debido a la presencia del pecado en nuestra vida, la ira es una emoción peligrosa, y es precisamente por esta razón que el apóstol Santiago nos da algunas directrices en cuanto al manejo de la ira.
“Recuerden esto, estimados hermanos: estén más dispuestos a escuchar que a hablar. No se enojen fácilmente. El que vive enojado no puede vivir como Dios manda”. Santiago 1.19-20. (PDT).
Preguntemonos, ¿Cuántas veces tenemos más que arrepentirnos y sufrir las consecuencias porque no siempre estamos dispuestos a escuchar, y respondemos no solo rápido, sino que respondemos sin medir el calibre de nuestras palabras y ardemos en ira? Quiero compartirles dos aspectos negativos, entre muchos otros, de permitir que esta emoción tome el control de nuestras vidas.
1.Cuando te enojas en nada te beneficia:
Es más, te perjudica, porque el enojarse no resolverá nada, no solucionará nada, y en nada te beneficiará. El enojo no cambia nada, no aclara nada, no resuelve nada. Solo nos sirve para hacernos pasar un mal rato, producir heridas, y destruir las mejores relaciones.
“No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios”. Eclesiastés 7.9.
A veces nosotros nos enojamos porque las cosas no nos salen como nosotros queremos, y eso en nada nos beneficia. Jonás el profeta de Dios, tenía que viajar a Nínive para predicar la Palabra de Dios, para que los ninivitas se arrepintieran de sus pecados. Pero Jonás tenía otros planes: él quería ver destruida a Nínive, no quería que Dios tuviera misericordia de ellos, y se enojó porque las cosas no le salieron como él quería. Por esa razón Jonás toma la dirección opuesta a la que Dios le había mandado, se sube al barco y en medio del mar Dios manda una fuerte tormenta, Jonás es lanzado al mar, un gran pez traga al profeta, luego de tres días el gran pez vomita al profeta en la playa.
Y “Cuando entró Jonás el primer día a la ciudad y comenzó a predicar, el pueblo se arrepintió de sus malas obras. Jonás pregonaba con voz potente el mensaje de Dios: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!». Los ninivitas creyeron el mensaje que Dios les enviaba y decidieron ayunar. “Cuando Dios vio que los ninivitas estaban dispuestos a dejar su mala conducta, decidió no destruirlos como había planeado. “Este cambio de planes molestó mucho a Jonás y se enfureció” Jonás 4.1 (NTV). Jonás estaba furioso, tanto que dijo: “Ahora SEÑOR, te ruego que me quites la vida, pues prefiero morir a tener que vivir así. Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto?”. Jonás 4.3-4.
El mensaje es claro: “La ira no se justifica cuando las cosas no nos salen como queremos”. Tal vez tu matrimonio no ha salido como tú has querido, y te enojas. Tal vez ese trabajo no era como el que tú pensabas, y te enojas. Tal vez esos cambios que realizaste con muchas esperanzas se transformaron en problemas, y te enojas; Recuerda, cuando las cosas no nos salen como queremos se pone a prueba nuestra verdadera espiritualidad.
2. El Enojo destruirá nuestro hogar:
La buena salud en un hogar comienza con una buena relación entre esposos. Si nuestra relación matrimonial no está en armonía, nuestro hogar será un caos; Así mismo, si no hay respeto, cariño, comprensión, y una buena comunicación, no esperemos a que en nuestra relación matrimonial haya un dialogo saludable, que tengamos metas y objetivos en común, no esperemos que el cariño, e incluso la intimidad fluyan como una respuesta sincera y cargada de amor. Así es de poderosa y peligrosa la ira que puede destruir años de relación matrimonial. Leer Efesios 5.33 (NTV).
Pablo nos dice que en un hogar donde papá y mamá tienen una relación tóxica, es más factible que los hijos también se relacionen tóxicamente. La clave para una crianza saludable de los hijos es la relación que tiene papá y mamá. En otras palabras, matrimonios felices: hijos felices; matrimonios sanos: hijos sanos. Pero nuestra tarea como esposos no termina en amarnos y respetarnos, Pablo continúa diciendo:
“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” Efesios 6:4.
Pastor, reconozco que soy de mecha corta, me enojo con mucha facilidad, he herido a las personas que más amo con mis palabrotas, con mis groserías y con este carácter horrible que me cargo, ¿Qué debo de hacer? Bueno, usted ha dado el primer paso que es reconocer que su carácter no le agrada a Dios, así que pídale perdón a Dios, deje que Dios moldee su carácter y ponga en práctica tres cosas:
Tenga como meta poner en balanza cualquier asunto:
En la mayoría de los casos los problemas surgen por situaciones que verdaderamente no tienen mucha relevancia, pero como usted es de mecha corta, los problemas se crecen. “No te exaltes, no te molestes; no dejes que tu ira te lleve a ti también a hacer cosas malas”. Salmos 37.8 (PDT). Tenga mucho cuidado con lo que dice y como lo dice: Con mucha razón Santiago nos pide que estemos: “más dispuestos a escuchar que a hablar”. Es importante decir las cosas correctas, pero de la manera correcta. Leer Colosenses 4.6
Si su carácter es explosivo, cultive la serenidad:
No nos excusemos en nuestro trasfondo, en la cultura, en la educación o la falta de ella. La Biblia nos dice que somos nuevas criaturas y tenemos que vivir como hijos de Dios dando buen testimonio.
“La respuesta amable calma el enojo, pero la respuesta grosera lo hace encenderse más.”. Proverbios 15.1
Comments