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En Esta Iglesia Quiero Estar

  • pandevidamcallen
  • 18 may 2024
  • 5 Min. de lectura

Yo creo que uno de los problemas que enfrenta la iglesia de hoy, es que muchos creyentes no han alcanzado a dimensionar, lo vital que es la iglesia (Cuerpo de Cristo) para lograr alcanzar un crecimiento espiritual óptimo para sus propias vidas.  Si pudieran entender lo importante que es la iglesia, muchos tendrían realmente vidas en victoria.  Porque si nosotros ignoramos lo necesario que es la iglesia para nuestra comunión con Dios y para nuestro caminar con Dios, nuestra relación con Dios estará estancada y en el peor de los escenarios, se fracasará en el objetivo de terminar bien la carrera. Si nuestra meta desde ese día uno cuando vinimos a Cristo en arrepentimiento y fe, no solo fue comenzar bien, sino terminar bien; esa meta no podrá ser alcanzada distanciados, alejados, separados de la iglesia de Cristo. 


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Esto es muy clave, porque desde que comenzamos con el capítulo cinco de Gálatas, dimos inicio a la parte práctica, a la parte donde debemos de vivir el evangelio de Cristo, donde los frutos del Espíritu Santo deben de ser cultivados, desplegados, practicados, y eso será una realidad en el contexto de la iglesia.  Desde Gálatas 5.26 en adelante, Pablo no se enfoca en lo individual, sino que da un giro a lo colectivo y se enfoca en el contexto de la iglesia. La pregunta es: ¿Qué debo de hacer, para que Pan De Vida, sea la iglesia donde muchos quieran estar?

1. Elimina Toda Actitud Orgullosa De Tu Vida:

    “No seamos orgullosos, ni provoquemos el enojo y la envidia de los demás por creernos mejores que ellos”. Gálatas 5.26. (NTV) 

Este primer punto suena un poco contradictorio, porque si hay un lugar en el mundo donde debería de haber un ambiente de sencillez y humildad ese lugar seria precisamente la iglesia. Porque precisamente una de las obras de la carne que debe de ser destruido, eliminado, anulado de nosotros es el orgullo. ¿Por qué esto es tan importante? Porque el orgullo provoca enojo, celos, pleitos y envidia.  


Si somos fieles al contexto de este versículo, podemos decir que Pablo se está refiriendo a que cabe la posibilidad de que dentro de la iglesia, tengamos hermanos que verdaderamente están cultivando los frutos del Espíritu en sus vidas; van por buen camino, son cristianos que permiten que  el Espíritu Santo sea quien guíe cada día sus vidas. Pero hay otros hermanos que lentamente están cultivando los Frutos del Espíritu; que quizás están a medio gas. Que tal vez hay días que se levantan y sus actitudes no son las correctas, que sus palabras no son las correctas, que su genio no es el correcto; que tienen días donde responden en la carne, y no son controlados por el Espíritu. El peligro es que lo que sí están cultivando los frutos del Espíritu puedan enorgullecerse por lo que ellos están viviendo, y provoquen a envidia a los demás. Leer Proverbios 21.4.  


Podríamos decir que el orgullo es uno de los aspectos más desagradables de la naturaleza humana.   Y muchos de los problemas que enfrentamos se debe al efecto que el orgullo tiene en nuestra vida. Es más, el orgullo es una especie de pecado maestro, es decir, si rastreamos todos los pecados hasta su misma raíz, seguramente a la larga encontraremos orgullo en muchos de los pecados que cometemos. La palabra de Dios siempre ha condenado el orgullo, ese orgullo que nos hace creer que somos mejores que otros; y Pablo quiere que entendamos que si hay algo que puede causar que la iglesia pierda su impacto, pierda su esencia es el orgullo.  

  El orgullo causa división, conflicto, envidia, rivalidad, hipocresía, falta de perdón, falta de arrepentimiento y falta de comunión. El orgullo puede impedir que reconozcamos nuestros errores, que nos convirtamos en ciegos de nuestras propias faltas. El orgullo nos impulsa a rechazar a ser apoyados por otros, porque equivocadamente creemos que al hacerlo damos el mensaje de que somos débiles, o que hemos fracasado. El orgullo también puede llevarnos a acreditarnos el mérito de lo que Dios hace en nosotros y a través de nosotros, y de esa forma bloqueamos a quien verdaderamente merece la gloria: Solo Dios.  Escucha lo que nos dice Pablo: “No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes. No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás”. Filipenses 2.3-4.


¿Qué debo de hacer, para que Pan De Vida, sea la iglesia donde muchos quieran estar? 


2. Ser Un facilitador En La Restauración De Un Hermano Caído:

    “Hermanos, si descubren que alguno ha pecado, ustedes, que son espirituales, deben ayudarlo a volver al buen camino con actitud humilde. Pero cada uno debe cuidarse, porque también puede ser puesto a prueba”. Gálatas 6.1. (NBV).

La palabra “hermanos” de entrada nos advierte el tono y el contexto de dónde y cómo se tiene que llevar a cabo la restauración. Pablo se dirige a personas en quienes mora el Espíritu Santo de Dios. No es a un grupo de personas cualquiera, es a la comunidad de creyentes quienes están llamados a restaurar al hermano caído; y Pablo es muy cuidadoso en decirnos que las formas si son importantes, que una correcta actitud es necesaria, y que el fin es que nuestro hermano sea restaurado. Por lo tanto, cuando veas a un hermano que no está caminando bien con el Señor, que se está desviando, que se está saliendo del camino, nosotros que hemos recibido por gracia el Espíritu Santo tenemos la obligación de hacer algo por ese hermano que ha tropezado y que está a punto de abandonar a Dios.  


Pablo dice: “ustedes, que son espirituales, deben ayudarlo a volver al buen camino”. Los que son más maduros, los que espiritualmente están en condición; los que por la gracia de Dios han adquirido a través del tiempo experiencia y sabiduría; el llamado que nos da Pablo es que nosotros podamos decirle a ese hermano: NO ME IMPORTA EL TIPO DE PECADO, LO QUE TE LLEVÓ A ESE PECADO. ME IMPORTAS TU Y PIDO A DIOS EN ORACIÓN QUE RESTAURE TU VIDA ENTERA.    


La idea es que no nos convirtamos en jueces, que no levantemos el dedo acusador, sino que seamos un medio de restauración.  “deben ayudarlo a volver al buen camino con actitud humilde”. No con una actitud resentida, no con enojo, no con resentimiento, no con sarcasmos, no de manera que avergoncemos al hermano, no de una manera condenatoria, sino con una actitud humilde. Permítanme les doy un excelente ejemplo. Leer Lucas 7:36-50 


Yo creo que todos nos preguntamos: ¿Cómo es posible que, siendo un guía espiritual, conocedor de la Palabra de Dios, “viviendo continuamente en comunión con Dios”, el fariseo sea tan insensible ante el dolor de esta mujer? ¿Por qué fue tan duro?: Porque es más fácil señalar el pecado ajeno, que ver el nuestro.  ¿Por qué fue tan duro?: Porque es más fácil hablar del pecado de mi hermano y las faltas de mi hermano que ayudarlo. Por esa razón Pablo nos dice: “Hermanos, si descubren que alguno ha pecado, ustedes, que son espirituales, deben ayudarlo a volver al buen camino con actitud humilde. Pero cada uno debe cuidarse, porque también puede ser puesto a prueba”.  

   

Aquellos de nosotros que hemos recibido gracia en abundancia debemos de devolver con gracia y mansedumbre lo que hemos recibido de Dios en favor de nuestro hermano, nunca con una actitud de condenación; ¿Por qué? porque nosotros también podemos fallar.  Mis hermanos, Pan de Vida es un hospital donde muchos vienen buscando ayuda de Dios, el socorro de Dios, la restauración de Dios, y ti y a mí se nos ha encargado el ministerio de la reconciliación. 


Te pregunto: ¿Has sido criticado? ¿han murmurado de ti? ¿Las acusaciones de los demás te han herido? ¿Te han señalado? ¿Han puesto en duda tu credibilidad?  Tienes que saber que Jesús no te juzga, que Jesús te ve diferente y que Jesús te quiere diferente. 

 
 
 

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