En Esta Iglesia Quiero Estar II
- pandevidamcallen
- 29 may 2024
- 5 Min. de lectura
Para que nosotros podamos entender no solo el diseño, el propósito y la misión que Dios tiene para la iglesia, el Nuevo Testamento emplea una variedad de ilustraciones para describirnos lo que es la iglesia. Por ejemplo, Pablo dice que la iglesia es la esposa de Cristo (Ef. 5:32) La Biblia también compara a la iglesia con ramas de una vid (Jn. 15:5); un olivo (Ro. 11:17–24); un campo de cultivo (1 Co. 3:6–9), un edificio (1 Co. 3:9). Una cosecha (Mt. 13:1–30; Jn 4:35). Un edificio de piedras vivas (1 Pedro 2.5). Jesús mismo es considerado como el «constructor» de la casa (Heb. 3:3). A la iglesia también se la ve como «columna y fundamento de la verdad» (1 Ti 3:15). Cristo dijo: “Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada”. Mateo 21.13.

Sin embargo, una de las ilustraciones más preciosas que tenemos acerca de la iglesia, es la descripción que la Biblia hace de ella como una familia. Pablo ve a la iglesia como una familia cuando le dice a Timoteo que actúe como si todos los miembros de la iglesia fueran miembros de una familia: «Nunca le hables con aspereza a un hombre mayor, sino llámale la atención con respeto como lo harías con tu propio padre. Dirígete a los jóvenes como si les hablaras a tus propios hermanos. Trata a las mujeres mayores como lo harías con tu madre y trata a las jóvenes como a tus propias hermanas, con toda pureza.» 1 Timoteo 5:1–2 (NTV) Pero a pesar de todas estas bellas ilustraciones que nos enseñan cual es la verdadera naturaleza y el propósito de la iglesia, muchos están siendo engañados porque están en iglesias falsas. Así mismo, hoy muchas iglesias están cerrando sus puertas porque abandonaron el diseño, el propósito, y la misión de Dios para la iglesia. Muchos creyentes han salido de las iglesias porque han sido lastimados, muchos han abandonado las filas de las iglesias porque han sido heridos, abusados, y otros más han sido abandonados por sus propias iglesias.
Hoy continuamos respondiendo a la pregunta: ¿Qué es lo que a mí me corresponde hacer, para que Pan De Vida, sea la iglesia donde muchos quieran estar? La semana pasada decíamos que para que Pan de Vida fuera la iglesia donde muchos quieran estar lo primero que debemos hacer es:
1. Eliminar Toda Actitud Orgullosa De Tu Vida:
Este primer punto suena un poco contradictorio, porque si hay un lugar en el mundo donde debería de haber un ambiente se sencillez y humildad ese lugar seria precisamente en la iglesia. Sin embargo, nuestro primer llamado es a mostrar una actitud de humildad y a eliminar por completo actitudes que lastimen a nuestros hermanos.
2. Ser Un facilitador En La Restauración De Un Hermano Caído:
Pablo es muy cuidadoso de decirnos que las formas si son importantes, que una correcta actitud es necesaria, y que el fin es que nuestro hermano sea restaurado. Por lo tanto, cuando veas a un hermano que no está caminando bien con el Señor, que se está desviando o saliendo del camino... Nosotros que hemos recibido por gracia el Espíritu Santo tenemos la obligación de hacer algo por ese hermano que ha tropezado y que está a punto de salirse del camino.
3. Comprometidos para aligerar las cargas
“Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.3 Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña”. Gálatas 6.2-3.
No importa la edad que seas: joven o adulto, hombre o mujer, casado o soltero; con hijos o sin hijos, con trabajo o jubilado; con dinero o sin dinero; todos tenemos una carga. Y esas cargas muchas veces son de diferentes tipos, tamaños, de diferentes formas, y diferentes grados. Y Pablo nos está diciendo que el lugar correcto para que esas cargas sean más soportables, es la iglesia. A veces no es necesario que el hermano grite a los cuatro vientos de que está soportando un peso que lo está superando; Lo podemos ver en los ojos, en su estado de ánimo, en su tono de voz. ¿Qué podemos hacer? Hacerle saber ya sea con una nota o con un mensaje de que estas orando por él. Muchas veces esas cargas llegan a nosotros porque hemos cometido un error, porque nos hemos equivocado; y en ocasiones es necesario que se nos señale el error. Y Pablo nos dice: “Si alguien se alegra, alégrense con él; si alguien está triste, acompáñenlo en su tristeza”. Romanos 12.15. (NBV)
Hay hermanos que tienen una carga pesada por sus hijos; otros están enfrentando una enfermedad y es importante que el enfermo sepa que hay alguien que está orando a Dios por su pronta recuperación. Si hay algo que nos identifica a todos, es que todos necesitamos ser alentados. Todos sabemos el poder que tienen nuestras palabras. Con ellas podemos alentar a un enfermo en medio de su enfermedad o con nuestras palabras podemos hacer que ese enfermo no sane. Escuche lo que dice Salomón: “Las palabras amables son como la miel: dulces al alma y saludables para el cuerpo”. Proverbios 16.24. (NTV). Cuando alguien está pasando por alguna necesidad podemos actuar de varias formas: Tenemos el apoyo espiritual que consiste en unirnos en oración. (como lo vimos en el punto anterior). En otras ocasiones podemos dar apoyo moral, que consiste en estar ahí y escuchar, consolar, alentar y decir: “si necesitas algo me avisas”. Pero además para lograr impactar la vida de mi hermano tenemos que traducir el apoyo espiritual y el apoyo moral en acciones concretas. Porque cuando alguien está en necesidad, pasando por una enfermedad, que bendición que ese apoyo espiritual y moral se conviertan en acciones específicas. El punto es que ese buen deseo se traduzca en una acción.
Otros están soportando una carga pesada porque han perdido a un familiar, y es nuestra responsabilidad acompañarlos en el dolor. Pregunta: ¿Cómo hace Dios para consolarnos cuando las cargas son tan pesadas? Lo hace a través de personas como tú y yo. “Cuando llegamos a Macedonia, no hubo descanso para nosotros. Enfrentamos conflictos de todos lados, con batallas por fuera y temores por dentro; pero Dios, quien alienta a los desanimados, nos alentó con la llegada de Tito”. 2 Corintios 7.5-6. ¿Qué es lo que a mí me corresponde hacer, para que Pan De Vida, sea la iglesia donde muchos quieran estar?
4. No te compares
“Presta mucha atención a tu propio trabajo, porque entonces obtendrás la satisfacción de haber hecho bien tu labor y no tendrás que compararte con nadie. Pues cada uno es responsable de su propia conducta”. Gálatas 6.4-5. ¿Cuál es el problema de compararnos? El problema principal con la comparación es que nosotros elegimos con quien compararnos y muchas veces elegimos mal. Para ver si somos generosos, nos comparamos con los que nunca dan. Para ver si somos serviciales, nos comparamos con lo que no están sirviendo; para ver si somos trabajadores, nos comparamos con los que no trabajan. De esta manera, las comparaciones nunca nos dan un cuadro acertado del verdadero estado de nuestra vida. Lo que si debemos de hacer es “Cada uno debe evaluar sus propios actos y estar satisfecho de sus logros sin compararse con los demás”. (PDT)
Lo que Dios está haciendo en ti es especial, lo que Dios está haciendo en tu vida también es especial, lo que Dios está haciendo en cada uno de nosotros es muy especial, NO te compares. Si quieres evaluarte, si quieres ver resultados, si quieres ver en ti cambios, solo pon tus ojos en Cristo y en nadie más. No te compares con nadie porque hay un peligro, el peligro es que al compararte con otra persona tú te desanimes, te frustres, te rindas porque esa persona ha conseguido más que tu.



Comentarios