Frutos Del Espíritu (Amor)

Para que una planta comience a dar fruto es necesario que haya un proceso. Los frutos no brotan en una planta automáticamente, es necesario cumplir con ciertos detalles: Hay que cultivarlos, hay que abonar la planta; cuidar la planta, la planta tiene que estar expuesta al sol y al agua. De ahí, que tenemos que estar intencionalmente involucrados para que ese proceso orgánico no se detenga; De la misma manera, para que los frutos del Espíritu cumplan con su objetivo, es necesario cultivarlos, abonarlos y que estén alimentados con los nutrientes apropiados. 

Pablo ha agrupado estas nueve virtudes en tres grupos que dan una sensación de orden y totalidad; Aunque, no son las únicas virtudes que todo creyente debe de desarrollar:

• Las tres primeras comprenden acciones del corazón (Amor, Gozo y Paz)

• La segunda se enfoca en nuestro trato y la preocupación por las personas (Paciencia, Gentileza y Bondad).

• Y la tercera muestra los principios que deben de guiar la conducta del cristiano (Fidelidad, Humildad y Control Propio).

Ahora noten algo interesante con el tema del fruto del Espíritu, y es que el fruto del Espíritu es un regalo de Dios para tu vida. Es un regalo de Dios para ti, para que seas una mejor persona, para que tú tengas una vida mejor, para que tu relación con Dios sea la correcta y por consiguiente la relación con las personas sea también la correcta. Si nosotros lo entendemos de esta manera; Vamos a comprender que al NO cultivar los frutos del Espíritu el mensaje que nosotros le estamos enviando a Dios es que NO nos gustó su regalo. Es como decirle a Dios:“gracias por el regalo del amor, pero yo prefiero vivir en base al desamor”. Gracias Dios por el regalo del gozo, pero yo elijo estar triste; Gracias Dios por el regalo de la paz, pero yo prefiero el conflicto; Gracias Dios por el regalo de la mansedumbre, pero yo elijo los pleitos; Porque es cierto hay que ser manso, pero no menso.

Ahora sí esa va a ser tu decisión, más nos vale escuchar la advertencia que nos está dando el apóstol Pablo: “Como ya les dije antes, se los repito ahora: los que llevan esa clase de vida no heredarán el reino de Dios". Gálata 5:21. Esto significa, que tú no puedes ser un buen esposo sin el fruto del Espíritu Santo, vas a necesitar amor, paciencia, fidelidad; Tú no puedes ser un buen padre sin el fruto del Espíritu, vas a necesitar amor, gozo, paciencia, confianza en Dios; Tú no puedes vivir en este mundo rodeado de innumerables tentaciones sin el fruto del dominio propio; Tú no puedes salir todos los días a trabajar sin los frutos del Espíritu, tú vas a necesitar en el trabajo paciencia, amabilidad, y tratar bien a los demás; Yo no puedo ser un buen hermano en la fe sin el fruto del Espíritu; Porque si no tengo el fruto del amor, de la paciencia, de la mansedumbre nos vamos a golpear; Sin los frutos del Espíritu Santo vas a fracasar en tus relaciones, vas a producir heridas, y te van a producir heridas; Te van a lastimar y tú vas a lastimar. ¿Notan lo importante que son los frutos del Espíritu Santo?  

Y Pablo inicia con el fruto del amor, una virtud que es sumamente importante que todos cultivamos, ya sea que estemos en el contexto del hogar, en trabajo, en el entorno donde nos desarrollemos y por supuesto que en el contexto de la iglesia también es importante.  Incluso Cristo nos dice que el amor será ese imán, será esa fuerza de atracción que va precisamente ha atraer a los no cristianos a la verdad. “Si se aman de verdad, entonces todos sabrán que ustedes son mis seguidores.” Juan 13.35 (TLA). 

¿Por qué apóstol Pablo inicia precisamente este conjunto de nueve virtudes con el amor? ¿Por qué Pablo le da tanta prioridad al amor?  Porque resulta que una virtud tan sublime como lo es el amor, en vez de ser ferviente se puede enfriar. Cristo dijo que: “por multiplicarse la maldad el amor de muchos se enfriara”. El apóstol Pablo nos dice: “No finjan amar a los demás; ámenlos de verdad. Aborrezcan lo malo. Aférrense a lo bueno”. Romanos 12:9. 

O sea que podemos engañar a alguien haciéndole creer que la amamos, cuando en el fondo de nuestro corazón estamos mintiendo; ¿No le parece un buen argumento del Por qué el apóstol Pablo inicia esta lista de nueve frutos del Espíritu con el fruto del amor? Porque si estamos fallando en este primer fruto, ni para que seguir con los demás. Pero no todo son malas noticias.  Porque dentro de todo ese paquete que recibimos como resultado inmediato de haber recibido a Cristo como nuestro Señor y nuestro Salvador, el amor ha sido depositado dentro de nosotros. Leer Romanos 5.5

En ese preciso momento cuando tú aceptaste a Cristo en tu corazón, confesaste en arrepentimiento y fe tus pecados, y viniste a la cruz, inmediatamente el fruto del amor fue puesto en tu vida. La pregunta es: ¿Qué características tiene ese amor? Permítanme mencionarles solo dos características de las muchas que pueden haber:

1. Es un amor Diligente

Lo que quiere decir que es un amor que se acciona, es un amor que se lleva a la práctica. Escúchalo muy bien, porque aquí no hay ninguna evidencia para que nosotros pensemos que el amor como fruto del Espíritu tiene que ver solo con sentimientos o emociones; aunque el amor siempre tendrá ese toque emotivo y sensitivo.  Nada de este amor como fruto del Espíritu, quiere tocar la parte más emotiva de nosotros, sino que Pablo nos está llevando a que con sinceridad entendamos que ese amor se tiene que llevar a la acción;

Porque resulta que muy cerca de nosotros hay hermanos que tienen necesidades y necesitan de nosotros; Y eso demanda de nosotros una acción.  Hay hermanos que están pasando por dificultad, y eso demanda de nosotros una acción; hay hermanos que necesitan de nuestra compasión y eso demanda nuestra acción.

2. Es un amor Realista:

Pablo escribe este primer fruto en un contexto completamente contrario a lo que es el verdadero amor; Pablo nos escribe en un contexto donde nos recuerda que el pecado aún está en nosotros. El amor es realista porque más temprano que tarde, alguien nos va a lastimar, alguien va a causar heridas en nuestro corazón; Muchas veces vamos a ser lastimados, pero otras veces somos nosotros los que vamos a lastimar a alguien;  Muchas veces nos van a herir y otras veces nosotros vamos a herir.

Entonces Pablo implícitamente nos está diciendo que, en nuestras relaciones vamos a tener que recurrir a este amor, al amor ágape para que nuestras relaciones sean las correctas.  Porque si nosotros cultivamos el fruto del amor, los CELOS serán reemplazados por la confianza; Porque si nosotros ponemos en practica esta clase de amor, el ENOJO sea reemplazado por la paz; Si nosotros llevamos a la acción esta clase de amor, el EGOÍSMO será reemplazado por la generosidad; Por lo tanto, para no irritarnos, para no llenarnos de ira, para no guardar rencor, para que nuestros corazones no se carguen de amargura, odio, resentimiento, necesitamos urgentemente esta clase de amor fluyendo en nosotros y a través de nosotros.

Así que, el amor ágape es un verbo, no es un sustantivo, lo que eso significa es que lleva implícito el sentido de la acción; ósea que cuando se nos dice que tenemos que amar, no es que tú lo sientas, es que tú lo vivas. Leer 1 Juan 3:18.

¿Cómo aplicamos ese amor en el contexto de mis relaciones?

1.     Trata A Las Personas Con El Mismo Amor Con Que Cristo Te Amo:

“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”. Juan 15.12-13.

2. En Cualquier Situación de Conflicto: Sigue El Modelo De Cristo:

“el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente” 1 Pedro 2.22-23.

Jesús no devolvió insultos tras insultos, no amenazo a nadie aun cuando tenía en su mano, todo el poder para destruir a todos. Inclusive estando en la Cruz, aun intercedió por los mismo que lo estaba crucificando: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.  Lucas 23.34. 

Nosotros podemos elegir, el que una experiencia de dolor nos convierta en una persona amargada o en una mejor persona.  Podemos elegir que una circunstancia nos haga personas resentidas con medio mundo o encontrar la libertad a través del amor de Cristo fluyendo en nosotros.