La Iglesia Sin Barreras
- pandevidamcallen
- hace 3 días
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Son muchas las personas que son víctimas de discriminación todos los días por sus características físicas, por su idioma, cultura, religión, si es hombre o mujer, si tiene mucho o tiene poco dinero, si es muy joven o muy adulto, si tiene una discapacidad o incapacidad. ¿Quién no ha sufrido en carne propia este mal? ¿Quién no se ha sentido lastimado porque lo han menos preciado o rechazado? Déjeme decirte que usted no está solo en esta situación, nuestro Señor Jesucristo tuvo que enfrentar este mismo mal: Cuando Felipe le contó a Natanael en Juan 1.45-46 que había encontrado al Mesías en la ciudad de Nazaret, Natanael dijo: “¿de Nazaret puede salir algo bueno?” Como Jesús creció en Galilea, de una manera despectiva decían del Señor: “escudriñar y ve que de Galilea nunca se ha levantado profeta”. La discriminación en contra de Cristo fue tan intensa que “A la mitad de la fiesta, Jesús entró al templo y comenzó a enseñar. Los jefes judíos estaban admirados y decían: ―¿Cómo sabe tanto este hombre, si nunca ha estudiado?”. Juan 7.14-15. ¿No le ha sucedido que usted está en su trabajo, y usted sabe más que sus otros compañeros que si estudiaron, o del ingeniero, del arquitecto, del contratista, y te hacen el feo? Cristo sufrió de discriminación.
Pero si estos casos de discriminación son lamentables y terribles fuera de la iglesia; es más doloroso ver que suceda dentro de la iglesia. Con mucha razón puedo decir que el corazón pastoral de Santiago estaba dolido porque dentro de su congregación se había infiltrado el mismo abuso que era permitido, tolerado y en muchos casos defendido por la sociedad, pero que ahora se estaba viviendo dentro de su iglesia. Y si este cáncer no se elimina nuestro propósito como la iglesia de Cristo, nuestra misión como el cuerpo de Cristo, y la comisión que Cristo nos delegó queda anulada.
Noten bien que en los versículos 1-4 Santiago con toda su sinceridad reconoce que dentro de su iglesia hay un problema. Ahora, esto es muy clave porque los pastores y los lideres no podemos dejar pasar una situación de favoritismos, de discriminación, de un trato injusto dentro de la iglesia, tenemos que ocuparnos y trabajar para crear y fomentar una atmósfera de unidad. Pero muchas veces por temor, por represalias, o por un equivocado interés los lideres de la iglesia quieren ocultar o maquillar esta situación, pero Santiago es transparente y ahora en los versículos 5 al 8 va subiendo el tono de su argumento.
Santiago comenzó planteando el argumento (v.1) luego da un ejemplo (vv.2-4) Pero ahora señala directamente el problema de la discriminación dentro de la iglesia. Pero noten también, el tacto que tiene Santiago a la hora de confrontar el error dentro de la iglesia. Santiago no confronta como decimos: “con los guantes puestos”, sino que lo hace con amor y les dice: “Hermanos míos amados”. Se los dijo en el versículo 1 y ahora les vuelve a recordar, no solo que todos los que pertenecen a la familia de Dios son hermanos, sino que ellos son amados. Que excelente recordatorio de cómo se debe confrontar el error en amor. Porque a veces no importa si lo que vamos a decir sea correcto, lo decimos con la actitud incorrecta. Y Santiago nos va dar la primera de tres preguntas retóricas para señalar lo terrible que ha sido el que la iglesia se haya prestado para favorecer a los más ricos y discriminar a los más pobres.
“Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?”. Santiago 2.5.
Santiago dice: “Es Dios quien elige a los que van a ser salvos, y si la mayoría de ellos son pobres, ¿No es lógico pensar que Dios valora a los pobres y les concede un lugar privilegiado dentro de sus propósitos? Ahora con esto, Santiago no está diciendo que Dios nunca favorece a los ricos. Existen muchos cristianos muy ricos que han utilizado y siguen utilizando su fortuna para el crecimiento, avance y el impacto del evangelio de Cristo. Tenemos muchos ejemplos en la biblia como: Nicodemo, José de Arimatea, Zaqueo, Bernabé, usaron sus recursos para el avance del evangelio. Tampoco quiere decir que los pobres reciben los beneficios de la salvación por el solo hecho de ser pobres. Hay muchos ricos que sí aman a Dios, y hay muchos pobres que rechazan el amor de Dios. Sin embargo, el orden de Dios es muy diferente al del mundo: Leer 1 Corintios 1.26-28.
Si Dios pone las cosas al revés de como lo hace el mundo, ¿Cómo es posible que la iglesia prefiera dar favoritismo a lo que Dios no favorece? Nosotros como iglesia no podemos emplear el mismo sistema que emplea nuestra sociedad. La sociedad discrimina por la manera en que viste una persona; si ven a alguien con traje y corbata dicen: “Ese es un doctor, abogado, un reconocido político”. Pero a otros con una ropa gastada y con sus jeans medio gastados le dicen: “ese es un cholillo”. Así es nuestra sociedad. Si ven a un hombre blanco corriendo, dicen: “Ese es un deportista”; Si ven a un hombre de color, dicen: “Ese es un ladrón”. El sistema de nuestra sociedad es etiquetar a las personas por su color de piel, raza, etnia. Pero Dios pone todo eso al revés dando honor a los pobres.
Lo que quiere corregir el apóstol Santiago es el caer en el error de mostrar cierto tipo de interés, cierta inclinación, cierto favoritismo; cierto trato preferencial al hombre bien vestido, al que nos cae bien, al que se ríe conmigo, al que no me contradice, al que muestra una apariencia externa mejor, y menospreciar a aquel hermano que tiene un condición de vida humilde. El punto es, que el tener favoritismo, el hacer acepción de personas no es simplemente un acto de mala educación; el apóstol dice que si mostramos favoritismo estamos pecando. Y el pecado no radica solo en el hecho de que ellos han despreciado al pobre, sino que valoran a los ricos por ser ricos. Tal vez usted se pregunta: y ¿Qué tiene de malo ser rico? Ser rico no tiene nada de malo, lo malo es lo que ellos hacen. Recuerden que las riquezas no son malas en sí, las riquezas son una gran herramienta siempre y cuando estén en las manos correctas. Pero en este caso las personas ricas estaban cometiendo abusos:
1.Explotación económica: “¿No os oprimen los ricos?” Los ricos estaba abusando de los empleados, tal vez por medio de salarios muy por debajo de lo justo, o la explotación radicaba en la carga de trabajo poco remunerada.
2.Persecución jurídica: “¿ y no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales?" Los tribunales existen para hacer justicia, pero a veces los poderosos tienen los recursos económicos, los medios para hacer trampas legales, sobornar, y salir judicialmente libres y enjuiciar a los más pobres.
3. Maldicen el nombre de Cristo: “¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros?”. Recordemos que el “nombre” en la biblia representa todo lo que la persona es, y todo lo que ha hecho. Y los ricos se estaban burlando del nombre de Jesús. Que lamentable situación se estaba viviendo no en un club, no en una organización cualquiera, sino dentro de una iglesia. Pastor, ¿Qué debo de hacer yo como miembro de Pan de Vida para que esto no suceda en medio de nosotros?
Si Dios nos ha aceptado tal y como somos, haz tú lo mismo:
Pablo nos dice algo muy importante:
“Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados”. Efesios 5.1.
Dios es amor, nosotros debemos imitar su amor; Dios es paciente, nosotros debemos imitar su paciencia; Dios es compasivo, nosotros estamos llamados a ser compasivos; y una de las características también de Dios es, que Dios no tiene favoritos, Dios no discrimina, Dios no hace acepción de personas, y nosotros estamos llamado a imitarlo porque somos sus hijos.
“Entonces Pedro dijo: —Ahora entiendo que de verdad para Dios todos somos iguales”. Hechos 10.34 (PDT).
Si nuestro llamado es a imitar lo que Dios hace, así como Dios nos ha aceptado, recibido, abrazado, así también nosotros tenemos que hacer.
Valora a quien Dios valora:
Dios valora a todas las personas sino fuera así, las bendiciones generales que Dios ofrece no las podría disfrutar toda la humanidad.
“Él es quien hace que salga el sol sobre los buenos y sobre los malos. Él es quien manda la lluvia para el bien de los que lo obedecen y de los que no lo obedecen”. Mateo 5.45 (TLA).
El perdón que Dios ofrece es para todos, la gracia que Dios ofrece es para todos, el amor que Dios ofrece es para todos, la salvación que Dios ofrece no es solo para unos cuantos, es para todos.
“El Señor no demora el cumplimiento de su promesa, como algunos suponen. Más bien lo que quiere es que nadie se pierda, por lo que está alargando el plazo para que todos se arrepientan”. 2 Pedro 2.9 (NBV).
Haz un diagnostico de las actitudes de tu corazón:
“Estimados hermanos, amémonos unos a otros porque el amor viene de Dios. Todo el que ama tiene a Dios como su Padre y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, pues Dios es amor”. 1 Juan 4.7-8 (PDT).
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