NUESTRO PEOR ENEMIGO II
- pandevidamcallen
- 6 mar 2024
- 5 Min. de lectura
En unas pocas palabras ¿Cómo pudieras definir lo que significa ser un cristiano? Si un amigo, un compañero de trabajo, o un familiar te dice: “Te he visto orar, te veo ir a la iglesia, veo que tienes y lees tu biblia, pero tengo curiosidad, ¿Qué significa ser un cristiano?” En pocas palabras, ¿Qué le responderías? Sin lugar a dudas que después de haber leído estos versículos en Gálatas 5.16-21, podríamos decir también que ser cristiano es un soldado en el campo de batalla. Tú y yo nos encontramos en una lucha: Los niños no están exentos, los jóvenes luchan a niveles increíbles; Los matrimonios hoy en día libran una lucha espiritual para mantenerse unidos; Los solteros, los adultos, los miembros, los lideres, todos estamos en una lucha espiritual a gran escala.

En todo este escenario la pregunta que nosotros tenemos que hacernos es ¿Si realmente tú y yo estamos conscientes de esta verdad? Cuando tú inicias el día, cuando comienzas tus actividades diarias, cuando te envuelves en esa rutina, ¿Estás consciente que al salir de tu casa o ahí mismo en tu casa estás caminando por un campo minado? Y cuando digo que el cristiano es un soldado en medio del campo de batalla la situación no es sencilla; porque la lucha que tú y yo libramos, se libra desde diferentes frentes de batalla.
El primero de esos frentes la biblia lo denomina como el mundo. Cristo sabiendo lo peligroso que es el mundo para el creyente, elevó una oración por nosotros al Padre diciendo: “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal”. Juan 17.15.
Así que tenemos que entender que estamos viviendo, si en un mundo maravilloso creado por Dios, pero en términos espirituales, por donde usted lo analice, por donde usted lo mire, por donde usted camine es un mundo opuesto al cristiano.Por lo tanto, el mundo sigue siendo una amenaza constante que obstaculiza que seamos más como Jesús. ¿Qué dice la palabra de Dios acerca de este enemigo?:
“No se amolden a la conducta de este mundo; al contrario, sean personas diferentes en cuanto a su conducta y forma de pensar”. Romanos 12.2 (NBV);
El apóstol Santiago nos hace una pregunta sumamente clara e importante; “¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”. Santiago 4.4.
El apóstol Juan nos hace una clara advertencia: “No amen a este mundo ni las cosas que les ofrece, porque cuando aman al mundo no tienen el amor del Padre en ustedes”. 1 Juan 2.15 (NTV).
La palabra de Dios enseña que el mundo es un enemigo real para el cristiano. Pero hay un segundo frente de batalla, que la biblia lo denomina nuestro adversario, junto a las fuerzas espirituales de maldad encabezadas y comandadas por el mismo diablo. Cristo dice: “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir”. Juan 10.10. Considera esto: Si satanás tuvo el atrevimiento de tentar a Adán y Eva en su estado de pureza; En un ambiente perfecto, con las condiciones perfectas, en un lugar perfecto, aun estando en una cercanía con Dios tan estrecha, si fue capaz de tentarlos y alcanzar su objetivo; Cuanto más a nosotros en nuestro estado caído, cuando él sabe que nosotros somos vulnerables, cuando él sabe que nosotros somos débiles, que somos susceptibles a flaquear y especialmente el Diablo sabe que nuestra carne es débil.
Gracias a Dios porque la descripción que Cristo hace en Juan 10.10 del diablo; No termina en un punto, (Hablando gramaticalmente) Sino en un punto y coma, ósea que hay algo más, Y Cristo nos dice: “…yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.
Pero ahora Pablo se enfoca, no en el mundo ni en el diablo. sino en nuestra carne, es esa parte interna que se revela contra Dios. Esa carne que se resiste a la dirección de Dios, que se opone a la voluntad de Dios, que desobedece la Palabra de Dios. Por esa razón Dios nos ha dado a Su Espíritu Santo, para que nosotros no vivamos vidas en derrotas, sino para que nosotros vivamos vidas en plenitud. El problema es que muchas veces nosotros no respondemos empoderados por el Espíritu Santo, sino energizados por nuestra carne, muchas veces no somos guiados por el Espíritu de Dios, y terminamos siguiendo nuestros propios impulsos. Y todos tenemos que tomar una decisión cada día: O vivimos permitiendo que la carne tome el control sobre nosotros y sea ella quien: responda, obre, actúe, y controle nuestra vida; O le permitimos al Espíritu Santo de Dios que responda, obre, actúe y controle nuestra vida. Ante este panorama ¿Qué debemos de hacer?:
1. Todos tenemos una responsabilidad:
Cada uno de nosotros tenemos que tomar la decisión: O Decides ser guiado por la carne y seguir haciendo lo malo; o decides darle el control al Espíritu Santo y vivir vidas que agraden a Dios. “Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos”. (v.24). Pablo es muy claro, los que son de Cristo, los que le pertenecen a Cristo, los que han venido a la cruz de Cristo tienen una responsabilidad: CRUCIFICAN LA CARNE.
Aquellos que viven según la carne están felices de vivir así, no están preocupados por los deseos pecaminosos de la carne, es más: Los disfrutan, los promueven, se lucran, comercializan, se ríen, los festejan y van en pos de ellos; pero al final recibirán su recompensa: “Permítanme repetirles lo que les dije antes: cualquiera que llevé esa clase de vida no heredará el reino de Dios”. Gálatas 5.21.
Entonces Pablo nos dice cuál es nuestra responsabilidad: “los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos”. La pregunta es: ¿Qué significa el crucificar la carne? Pablo al usar la figura de la crucifixión me está ayudando a entender cuál debe de ser mi responsabilidad y mi actitud frente al pecado. Pensemos en las características de la crucifixión: La persona crucificada estaba sufriendo de una muerte lenta que podría durar horas y hasta días; La crucifixión era una forma cruel de morir. Era la más dolorosa, la más fuerte, la más humillante, la más prolongada.
Entonces crucificar la carne implica una acción que va ser dolorosa, va ser intenso, vas a sufrir, te va costar, va ser un proceso de mucho dolor, pero al final veras con creces la bendición de hacerlo. Leer Romanos 8.13.
Pablo nos dice: O te enfocas en hacer morir la carne, o el pecado te matara a ti. Cristo también nos habló de esta responsabilidad. Leer Marcos 9:43-48.
La manera en que Cristo nos presenta estos versículos no deja duda de la seriedad del pecado que aun mora en nosotros. O DESTRUYES EL PECADO O EL PECADO TE DESTRUYE A TI. De tal manera que no importa lo doloroso que pueda resultar, o de las cosas valiosas que tengamos que deshacernos, debemos de tener la firme resolución de no permitir que nada se interponga entre Dios y nosotros.
2. Tú no estás solo en este proceso:
En esta lucha que todos tenemos que enfrentar, no estamos ni solos ni desprovistos de recursos Espirituales para vencer; Y lo mejor de todo es que el poder del Espíritu Santo está con nosotros: Leer 2 Timoteo 1.7.
Entonces, ¿De qué manera el Espíritu Santo me ayuda?
El Espíritu provee una salida de escape para vencer la tentación: Leer 1 Corintios 10.13.
El Espíritu nos ilumina para saber elegir: Leer Juan 14.26.
El Espíritu nos da convicción de pecado: Leer Juan 16.8
El Espíritu desarrolla fe en nosotros; El Espíritu desarrolla en nosotros deseos nuevos, El Espíritu crea en nosotros tanto el querer como el hacer, El Espíritu nos capacita para caminar en el Espíritu. NO hay porque desanimarse, no hay porque rendirse, no hay razón para frustrarnos porque el Espíritu Santo mora en ti. Este es un gran privilegio, pero también nos exige una responsabilidad. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad hacer uso del poder que Dios ha puesto en nosotros para ir eliminando todo elemento de carnalidad de nuestras vidas.



Comentarios