TRIUNFANDO SOBRE LA TENTACIÓN
- pandevidamcallen
- 19 ene
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En cuanto al tema de las guerras entre varias naciones, la comunicación es un recurso vital. Si no hay comunicación se estaría luchando sin dirección, sin guía, y sin ninguna posibilidad de sobrevivir ante un ataque del enemigo dando como resultado fatal: la destrucción, la derrota y la muerte. Y creo que esta analogía nos ayuda a entender que la comunicación con Dios es clave para triunfar sobre la tentación. Si no tenemos una comunicación directa y continua con Dios, créeme que es cuestión de tiempo para ser derrotados. Cristo lo dijo:
“Manténganse despiertos y oren, para que la tentación no los venza, Porque es cierto que el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil”. Mateo 26.41 (NBV).
Es triste reconocerlo, pero uno de los factores fundamentales en la batalla contra la tentación, es al mismo tiempo uno de los más descuidados por un lado, y más obstaculizados por el otro. La oración se descuida porque el factor tiempo es clave. Acercarse a Dios requiere tiempo, disciplina, esfuerzo, y parece ser que las 24 horas que tenemos al día no son suficientes para dedicarse a la oración. Y tristemente muchos empiezan el día desconectados de Dios. Por lo tanto, es importante que no olvidemos que nosotros tenemos un enemigo real que busca nuestra destrucción.
“¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar”. 1 Pedro 5.8 (NTV).
Si hay algo que salta a la vista de inmediato en este versículo, es la manera tan clara que Pedro nos presenta a nuestro adversario: Como nuestro gran enemigo; Lo identifica como: el diablo; Nos dice su capacidad: como león rugiente; Nos da su rango de acción: anda al acecho buscando; y nos da su objetivo final: Devorar.
En el estudio anterior les decía que la tentación siempre comienza con algo pequeño y en algunos casos sin mucha relevancia. Supongamos que tu familia está pasando apuros en términos de finanzas. Hay dificultad porque, aunque el dinero está llegando, no es lo suficiente para cumplir con los compromisos. En ese momento la tentación comenzara a mostrarte soluciones que en parte podrán ayudar, pero que van en contra de la voluntad de Dios. Tal vez a través de un engaño, de una mentira, de un fraude. La tentación a lo sexual muchas veces no empieza con insinuaciones directas, sino con una inocente amistad, o con un simple click en la aplicación de tu teléfono. La tentación a lo material no comienza ganándote de golpe la lotería, comienza poco a poco; La tentación para que te alejes de Dios no es instantánea, comienza con esporádicas ausencias a las actividades de la iglesia, un poco de pereza para orar y leer la palabra de Dios, hasta que llega el día en que ni siquiera te das cuenta en qué momento te alejaste de Dios. El punto es: Que si cedes al principio, no te darás cuenta que tan lejos la tentación te ha hecho alejar del buen camino, de tal manera que regresar te será muy difícil. La tentación es como aquel vendedor que toca a tu puerta. Puede ser ignorado y fácilmente se dará media vuelta y se ira por donde vino, o le podrás abrir la puerta y difícilmente saldrá de tu casa sin haberte vendido algo.
Y lo primero que nos va decir Santiago es: “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios...”. Santiago 1.13. El apóstol nos conoce muy bien y sabe que siempre que se ha caído en la tentación, el hombre para justificarse buscara un culpable diciendo:
La culpa es de él o ella.
No lo pude resistir.
Todos lo hacen.
Solo fue solo un error.
Nadie es perfecto.
No sabía que era malo.
Y la peor de todas las excusas es: culpar a Dios”.
Y Santiago es contundente y dice: “Nadie debe decir, cuando es tentado, que es Dios el que lo tienta. Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tampoco tienta a nadie”. Santiago 1.13 (NBV). ¿Por qué Dios no puede tentar? Porque
“Todo lo bueno que hemos recibido, todo don perfecto que viene de arriba es de Dios, del Padre creador de los astros del cielo, en quien nunca hay cambio ni sombra. Dios, por su libre decisión, nos dio nueva vida por medio del mensaje de la verdad para que nosotros fuéramos lo mejor que se le ofrece a Dios de la creación entera”. Santiago 1.16-18. (PDT)
Entonces ¿Por qué es que la tentación ha cobrado y seguirá cobrando tantas víctimas?
Porque la tentación despierta nuestros más bajos deseos:
Puede ser un deseo legítimo como: ser amado, alcanzar metas, tener alguna posesión material, un sueño, un proyecto, una relación, etc. Leer Santiago 1:14. El peligro comienza cuando a ese deseo, la tentación te sugiere que lo realices de una manera equivocada, en el momento equivocado, y por los medios equivocados. Y Santiago usa dos palabras claves para poder entender cómo opera la tentación. La palabra “atraído” significa: “quitar arrastrando” y esta palabra se refiere a una trampa llamativa destinada a atraer hacia ella a algún ingenuo y distraído animal. La segunda palabra “seducido”; También es un término que se utiliza para referirse a la carnada que se emplea para pescar, y que cuyo propósito es el de atraer al pez, capturarlo y posteriormente darle muerte.
Entonces, ¿Cómo actúa esa carnada? Vea como los programas en la televisión, el cine, las series, las novelas, los comerciales de televisión y observe como prácticamente cada palabra, imagen, y sonido está diseñado para atraerlo, para que se sienta insatisfecho de lo que usted tiene, insatisfecho de su apariencia, insatisfecho de su vida. Así mismo, considere la filosofía relativista que en estos momentos predomina, y el modo de pensar de nuestra sociedad. El relativismo moral hace que veamos todo de forma relativa. Lo que a mí me parece algo malo, puede ser que para otros no lo sea así, lo que para algunos es pecado para otros no lo es.
Tal vez alguien se estará preguntando: “viviendo en un mundo como el nuestro, ¿Cómo no ceder a la tentación? Martín Lutero dijo: “Usted no puede impedir que los pájaros vuelen encima de su cabeza. Pero si puede impedir que le hagan un nido”. Por lo tanto, el lugar donde los deseos se encienden y hace que nuestra carne se despierte, es precisamente en nuestra mente. De ser un pensamiento, es solo cuestión de tiempo para que pase a la acción. La batalla con esos malos pensamientos no es fácil, llegan en momentos inesperados, muchas veces sin nada externo que los haya motivado.
La pregunta entonces es: ¿Cómo estas enfrentando esos malos pensamientos? ¿Estas permitiendo que esos malos pensamientos se acomoden dentro de ti, o estas luchando ferozmente en contra de ellos? ¿Qué tengo que hacer, para que mis pensamientos no me metan en tantos problemas?
1. Cuando venga un pensamiento pecaminoso, piensa bíblicamente:
“No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta”. Romanos 12.2.
Piensa bíblicamente porque vivimos en un mundo que tiene estilos de vida, conductas, costumbres que nos alejan de Dios, que nos desvían de los caminos de Dios. Piensa bíblicamente porque todo lo que el mundo nos ofrece es contrario a la voluntad de Dios.
2. Tú no estás solo en esta lucha:
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. 2 Timoteo 1.7.
En esta lucha que todos tenemos que enfrentar, no estamos ni solos ni desprovistos de recursos Espirituales para vencer; Y lo mejor de todo es que el poder del Espíritu Santo está con nosotros. ¿De qué manera el Espíritu Santo nos ayuda?
El Espíritu provee una salida de escape para vencer la tentación:
“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”. 1 Corintios 10.13.
El Espíritu nos ayuda en nuestra débilidad:
El mismo Espíritu de Dios nos da la fortaleza para vencer la tentación.
“De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Por ejemplo, cuando no sabemos qué pedirle a Dios, el Espíritu mismo le pide a Dios por nosotros. El Espíritu le habla a Dios a través de gemidos imposibles de expresar con palabras.”. Romanos 8:26.
Tenemos la espada del Espíritu:
“y tomen la espada del Espíritu, la cual es la palabra de Dios”. Efesios 6.17.
Así que NO hay porque desanimarse, no hay porque rendirse, no hay razón para ser vencidos por la tentación, porque el Espíritu Santo mora en ti.



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